Iay un archipiélago de islas volcánicas en medio del Atlántico, lejos de Europa, conocido por su anticiclón y su escala para barcos. Por desgracia, ¡no mucha gente lo conoce!

Además, las islas siguen siendo relativamente poco turísticas y a veces no se encuentra a nadie en kilómetros y kilómetros. Ése es su encanto. Todo ello acompañado de un pueblo extraordinario dispuesto a ayudarle. Nunca verá a un azoriano mirándole fijamente.  

El país fue ballenero hasta 1987 y ha forjado una cultura legendaria en torno al cachalote. Animal místico, su frecuencia en estas aguas ha sido excepcional durante generaciones. Pero, ¿por qué? Es un misterio.

Mientras tanto, la observación de ballenas apareció en la costa californiana, ofreciendo a los turistas una nueva forma de desarrollo. En las Azores, en cuanto terminó la caza de ballenas, nació una reconversión basada en el modelo estadounidense.

Desde entonces, el impacto económico de esta forma de ecoturismo se mide en millones de dólares en todo el mundo. Los barcos y los cazadores de ballenas se están transformando para llevar a bordo clientes armados con cámaras. Se redactan normas draconianas de conducta en el mar y se realizan estudios científicos para garantizar la seguridad y el estudio de los mamíferos marinos.

Entre otras cosas, este informe es una ventana abierta a la observación y el estudio, bajo la atenta mirada de "Nossa Senhora de la Lourdes" (Nuestra Señora de la Pesada), protectora de los balleneros.